En este artículo anterior introducía la estrecha relación entre cuerpo y mente; y concluía que cualquier enfermedad física y/o psicológica tiene como origen una perturbación a nivel físico y/o psicológico.
En este presente artículo me gustaría centrarme sobre la influencia de los desarreglos físicos sobre las enfermedades psicológicas, y más concretamente, hasta qué punto la nutrición puede cambiar nuestra mente.